Saturday, October 1, 2011

1.104 razones para seguir luchando....

Mientras escribo estas palabras, cinco cadáveres flotan en algún lugar del hermoso océano Atlántico. En la madrugada del 16 de Enero se hundió un barco pesquero cerca de A Coruña, y con él 8 proletarios. Tres fueron rescatados con vida,...los demás se encuentran desaparecidos. (1)

El otro día salieron los datos de los muertos producidos por el terrorismo capitalista en el Estado Español (ellos creo que lo llaman siniestralidad laboral): La escalofriante lista asciende a 1.104 muert@s. (2)
Las cifras son menores que en años anteriores, pero siguen siendo inaceptables. En 2006 fueron 1.350, y en 2005, 1.343. (3)

Yo no espero nada de la burguesía, así que no me sorprende para nada la total ausencia de muestras de condolencia de estos engendros hacia los trabajadores. No espero ver al rey mostrando condolencias. No espero ver a los capitalistas mostrar un ápice de sincera humanidad hacia sus asalariados. Y es que ellos al fin y al cabo, consciente o incoscientemente defienden a su clase, es normal.
Las consignas tan sentidas y coreadas en las manifestaciones, se hacen carne una vez más: “Obrero si no luchas nadie te escucha”, “Con nuestra sangre amasan sus fortunas”, “Nativa o extranjera la misma clase obrera”.

Hoy me siento parte de las familias de esos cinco pescadores.
Hoy me siento parte de esos 1.104 cadáveres.
Hoy me siento un poco más proletario.
Hoy me siento un poco más comunista.

Por cierto, en 2008 ya han muerto 7 personas en accidente laboral...(y 4)


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Han vuelto ha sacar a la luz un interesantísimo artículo escrito a inicios del año pasado por Iñaki Gil de San Vicente. Aquí os dejo el enlace al artículo de 10 hojas, junto a unos extractos:

-Gracias a un error de Engels....¿y de Marx?.
(Iñaki Gil de San Vicente)

"Hoy sabemos que las comunidades antiguas tenían una fuerte identidad propia inserta en redes y círculos concéntricos de identidades relacionadas que se difuminaban con la distancia parental. Que el mantenimiento de esas redes y círculos de solidaridad y reciprocidad intergrupal se realizaba mediante ceremonias periódicas que eran, a la vez, actos de renegociación del uso transitorio de las tierras de caza, pastoreo, recolección y agricultura itinerante. Que las guerras, si bien no en el sentido moderno, estallaban por lo general cuando esas ceremonias colectivas no podían resolver los problemas, agravios y ofensas acumuladas en el ínterin. Y por no extendernos, que estas formas de autoorganización horizontal y asamblearia son ya en sí mismas formas de poder. El surgimiento de las jefaturas, cacicazgos, castas y otras formas preclasistas marca irremisiblemente la ruptura interna en todo colectivo."
"La opresión de la mujer, la esclavización de personas, luego de prisioneros de guerra y de mujeres extranjeras y, por último de pueblos enteros, esta dinámica va unida internamente a la escisión social interna. La minoría que va apropiándose del excedente colectivo hasta privatizarlo del todo, tiende a negociar con el invasor, si es posible, para no perder sus riquezas a cambio de ayudarle en el mantenimiento del orden necesario para aumentar los beneficios de la explotación. Por su parte, las “naciones” y pueblos oprimidos suelen aliarse a un invasor extranjero para recuperar su libertad, o así lo creen. Casi todos los “imperialismos” han recurrido a este método y al de comprar la colaboración de las castas ricas para sojuzgar a sus pueblos."



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