Parasafreando al genio de Groucho Marx en una de sus célebres citas: El que invierte en bolsa, puede parecer un idiota y actuar como un idiota. Pero no se deje engañar. Es realmente un idiota.
Esos ludópatas que juegan en ese gran casino llamado “La Bolsa”, lugar donde los ricos juegan con el salario (real e imaginario) de la clase obrera, se han metido una buena ostia. Era de esperar. De hecho llevan cerca de un año metiéndose ostias sin parar. El silencio hasta ahora de la prensa empresarial ha sido muy esclarecedora. Están acojonados.
Todo empezó hace un año en los EEUU cuando ese engendro de invento conocido como hipotecas subprime colapsó. Luego se le sumó el “descubrimiento” de los agrocombustibles, lo cual ha hecho subir los precios de los alimentos básicos de una forma espectacular. Y si encima a ese binomio le sumamos la subida del petróleo (ahora anda cerca de los 100$ el barril). Tenemos todos los ingredientes para que en un futuro no muy lejano comencemos a ver gente con traje y corbata saltando al vacío.
Siempre me ha llamado la atención ver el comportamiento de los capitalistas cuando una crisis (provocado gracias a su fantástico invento) les pone el culo prieto.
Según las doctrinas del mercado libre, estas dicen estar en contra de toda intervención estatal en asuntos del comercio, alegando que el Estado impide la libertad de hacer negocios.
Pero a la hora de la verdad, una vez que vienen crisis considerables, los integristas del (neo)liberalismo dejan a un lado todas esas chorradas como si tal cosa, y acuden a "Papa Estado" como drogadictos al camello, para que éste les suministre liquidez(drogas) y así poder seguir haciendo negocios.
Esto no dejaría de tener su gracia, sino fuera porque es la clase obrera la que tiene que pagar los platos rotos de todas estas garrapatas.
Que se acerca una gran crisis económica esta fuera de toda duda. Algunos reconocidos analistas económicos ya hablan de algo mucho peor que el crack de 1929. Desde luego no parece una idea descabellada. El dinero que los bancos centrales (Banco Central Europeo, Reserva Federal,...) han tenido que soltar para evitar la crisis ha sido increible. Son sólo medidas temporales. Nadie podrá evitar la tormenta, por mucho dinero que se imprima.
El espectáculo que se avecina va a ser interesante. Llegara un día en el cual los burguesitos se quedarán sin la ayuda de "papa Estado Burgués", y acudirán a la clase obrera para que se ajusten aún más el cinturón. Y ese mismo día, todo el mundo podrá apreciar una gran carcajada proveniente de los trabajadores. Ese mismo día todos podrán escuchar el último mensaje de la clase proletaria a esos ludópatas. Les dirán algo que una vez Marx (otra vez Groucho) dijo en una de sus míticas películas:
“Hasta luego cariño... ¡Caramba!, la cuenta de la cena es carísima... ¡Es un escándalo!... ¡Yo que tú no la pagaría!”.
P.D: Os invito a que firmeis el manifiesto en apoyo al compañero Jaume d`Urgell. Pinchar sobre el dibujo inferior, o el situado en el apartado de Demogracias situado en la columna de la derecha.
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