Se cumplen 40 años desde el conocido como "Mayo francés" de 1968. Se ha escrito mucho sobre ello. Algunos lo tachan como una revolución de los “hijos de papa”. Otros lo mitifican como la última gran revolución en la cual la clase trabajadora tomó por fin el poder. Otros ni siquiera la califican como una revolución.
Yo no voy a aportar nada nuevo al tema. Simplemente voy a dejar un resumen y análisis de lo que sucedió aquellos días de Mayo, así como algunas de las míticas frases de esos inolvidables días.
Simplemente añadiré la gracia que me produce ver como en la actualidad, los medios de propaganda de la clase dominante, intentan mostrar el Mayo francés como una revolución pacifica. Nada más lejos de la realidad. Sin el uso de la violencia esa revolución no se hubiera dado ni por casualidad. Y es que si una cosa nos han mostrado las revoluciones a lo largo de la historia, es que éstas no deben ni pueden obviar el uso de la fuerza. Como decía Karl Marx: “La violencia es la partera de la historia”. Y pese a quien le pese, no es una frase gratuita.
En todo caso, sería nuestro deber estudiar los factores que generan el odio que produce esa explosión de violencia, e intentar dirigirlo, entre todos, de la manera más efectiva posible hacia los verdaderos pilares que han hecho posible la generación de esa violencia. O lo que es lo mismo, organizar la rabia para evitar que se vean afectadas personas inocentes.
El Mayo francés fracasó en parte gracias a la traición de los dirigentes sindicales. Y muy probablemente también a la falta de una estructura social que pudiera responder coherentemente a los embistes de la maltrecha clase burguesa de la época.
Todo esto esta muy bien explicado en el siguiente texto:
-El aburrimiento es contrarrevolucionario.
-Los que hacen las revoluciones a medias no hacen más que cavar sus propias tumbas.
-No vamos a reivindicar nada, no vamos a pedir nada. Tomaremos, ocuparemos.
-Bajo los adoquines, la playa.
-De ahora en adelante, sólo habrá dos clases de hombres: los becerros y los revolucionarios. En caso de matrimonio, esto producirá "becerrolucionarios".
-¡Te amo! ¡Oh, díganlo con adoquines!.
-La acción no debe ser una reacción sino una creación.
-Camaradas: proscribamos los aplausos, el espectáculo está en todas partes.
-El que habla del amor destruye el amor.
-Viole su alma mater.
-No es una revolución, majestad, es una mutación.
-Prohibido prohibir. La libertad comienza por una prohibición.
-Abraza a tu amor sin dejar tu fusil.
-No puede volver a dormir tranquilo aquel que una vez abrió los ojos.
-Desabrochen el cerebro tan a menudo como la bragueta.
-Proletario es aquel que no tiene ningún poder sobre el empleo de su vida y que lo sabe.
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